Distorsiones cognitivas: qué son y cómo superarlas

Los engaños del cerebro y las distorsiones cognitivas

Nuestra mente puede jugarnos malas pasadas, haciéndonos creer cosas que no son ciertas. Por ello, es vital analizar la validez de nuestros pensamientos, ya que podríamos estar sufriendo por causas irreales.

La mente humana es compleja, y a veces nos resulta difícil diferenciar la realidad de la ficción.

¿Qué son las distorsiones cognitivas y cómo nos afectan?

Las distorsiones cognitivas son interpretaciones erróneas de la realidad que llevan a percibir el mundo de manera poco objetiva y disfuncional. Se presentan como pensamientos automáticos que desencadenan emociones negativas y generan conductas poco adaptativas.

Este proceso crea un bucle: las acciones disfuncionales refuerzan los esquemas cognitivos que las originaron, perpetuando el ciclo de pensamientos irracionales.

Características de las distorsiones cognitivas

  • Se expresan en términos absolutos como “debería” o “tendría que”.
  • Aparecen de manera espontánea, sin un desencadenante claro.
  • Suelen ser mensajes breves, con imágenes mentales asociadas.
  • Tienen un tono dramático y catastrofista.
  • Son difíciles de modificar y están profundamente arraigados en la mente.

Tipos de distorsiones cognitivas y ejemplos

Existen múltiples errores cognitivos que afectan nuestra percepción. Algunos de los más comunes son:

  • Pensamiento todo o nada: ver las cosas en términos absolutos. Ejemplo: “Si fallo en esto, soy un completo fracaso”.
  • Sobregeneralización: extraer conclusiones generales a partir de un solo evento. Ejemplo: “Siempre me pasa lo mismo”.
  • Filtro mental: centrarse solo en los aspectos negativos de una situación. Ejemplo: “Tuve un buen día, pero cometí un error, así que fue un desastre”.
  • Lectura de mente: asumir que sabemos lo que otros piensan. Ejemplo: “Seguro que me consideran incompetente”.
  • Catastrofización: esperar lo peor sin evidencia real. Ejemplo: “Si me equivoco, perderé todo”.
Distorsiones cognitivas

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